jueves, 29 de junio de 2017

LA PERMANENCIA DE LO TEMPORAL

LA PERMANENCIA DE LO TEMPORAL.

Nunca como ahora nuestra atención es tan efímera a lo que sea, usuarios recurrentes de nuestros Smartphones en los que difícilmente usamos más de 5 o 6 aplicaciones, incluida una bastante interesante que te permite usar tu teléfono inteligente para hablar por teléfono, las generaciones actuales, estamos descubriendo una nueva era de contenidos y de entretenimiento que han hecho temblar – ya incluso desaparecer – a los tradicionales medios por los que durante el siglo 20 y algunos el 19 y 18, se desarrollaron nuestras formas de entretenimiento, comunicación masiva y desarrollo de contenidos, de la mano desde luego, de la publicidad.

El cine, la televisión, los periódicos, revistas, las cámaras fotográficas y los libros, son la fuente de entretenimiento, educación y en algunos casos vocación de muchos seres vivos hoy en día, nada más recordar algo ocurrido después de 1950 que no podamos asociar a una imagen, es prácticamente imposible.

Antes, tomar una fotografía común, familiar digamos, era poco menos que arte, acudías a un estudio, o eras visitado por un profesional en casa; las fotografías familiares de las vacaciones eran prácticamente monopolio paterno, desde el manejo de la cámara, incluido el complejo proceso de poner el rollo o colocar una lente o un flash, hasta la angustiosa ida a revelar. Se armaban tardes de revisión de fotos de las fiestas o los viajes, se armaban albums y los más pudientes hacían proyecciones con viapositivas. Hoy, cualquier niño capaz de adueñarse de un Smartphone es capaz de hacer una foto, retocarla, ponerle animaciones, convertirla en meme, publicarla y que se haga viral; lo que antes era una imagen para la posteridad que algunos pocos verían, hoy es potencialmente un meme que alcance millones de vistas y que sea olvidado dentro de 12 horas.

Ir al cine es toda una experiencia, me es difícil recordar las enormes colas que se hacían y las largas semanas que teníamos que esperar para ser de los afortunados en la cuadra o en el salón de haber visto E.T., Star wars o Karate Kid, todo eran amontonamientos, hileras, largas horas y derroche de paciencia, para, con suerte, terminar sentado en los escalones de uno de los 4 cines de la ciudad. Hoy, basta con activar el smartphone, para después de no más de 10 toques tener listas las entradas a la sala numerada a la que puedes llegar a la hora de tu conveniencia al asiento que has seleccionado, puedes incluso elegir la opción de moverte, mojarte y sentir el viento o el calor de lo que se proyecta en la pantalla. Todo esto en cualquiera de las más de 60 salas que hay en los 15 kilómetros a la redonda que rodean cualquier área urbana.
Pero incluso esa moderna y eficiente forma de entretenimiento y de venta de palomitas (razón por la cual muchas personas seguimos yendo al cine) se ha venido transformando con los años, primero con los video clubs, esos lugares míticos del siglo pasado a donde acudíamos todos en familia o con la pareja o los amigos, a rentar por 1 día una película de reciente exposición en las salas de cine, las reglas eran muchas, pagar una inscripción, firmar la credencial, ser el titular de la cuenta, regresar la película rebobinada, antes de determinada hora, en fin, sin embargo esos fines de semana de finales de los 80 y principios de los 90 son los más memorables a lado de la familia en la que nací.
Tras la globalización, video centro y todos los negocios de renta de video tronaron como maíces palomeros, sucumbieron ante el gigante –jajaja neta me estoy riendo- Blockbuster, - jajaja, me acordé de Kodak –con experiencias más amplias, dulcerías, copias de estrenos al por mayor, renta de DVD’s y video juegos, ¿quién podría contra el gigante?

Netflix, ni siquiera iTunes, la plataforma de renta mensual para ver, lo que quieras de un catálogo que además identifica tus gustos, tus intereses y algunos datos demográficos, para ofrecerte contenido que te parezca atractivo, o incluso que haya sido hecho pensado en ti. 
Una buena idea terminada y llevada a cabo, que deviene en muchas otras ideas que están en ciernes y evolucionan tan rápido que es casi imposible seguirles el paso sin sentirte rezagado en algún momento.

Conocer gente, estar al pendiente de tus cuates, echar el chisme en casa de las abuelas, sacarle la verdad a alguien a través del chismógrafohoy ha sido sustituido por las redes sociales, los reencuentros generacionales nunca habían sido tan poco reveladores como ahora.

Hoy, recordamos en cada oportunidad a las celebridades pop de nuestra era, sabemos cosas de memoria y entendemos la importancia de saberlas, incluso algunas nos son de utilidad; las nuevas generaciones no, hoy usan algo tan desechable como lo que usaran pasado mañana, hoy idolatran y siguen en sus redes sociales al cantante que dentro de dos meses será historia, hoy las celebridades son memes o personas, animales o cosas comunes que fueron video grabadas y viralizadas sin siquiera pedirlo, hoy difícilmente alguien compra un disco, la popularidad ya no la marcan las estaciones de radio ni sus locutores, porque hoy en día puede ser el dueño de su propio medio de difusión en línea, hoy no es famoso, quien seguramente a finales del año sea el nuevo youtuber más visto del planeta.

¿Qué fotos serán para toda la vida?
¿Qué película, libro o programa de TV será el favorito del que recordemos diálogos, personajes y ganemos trívias?
¿A quiénes debemos creerles, quiénes marcarán las tendencias, dónde socializaremos, a dónde van a llevar a nuestras hijas a cortejarlas?
¿Qué de todo lo que experimenten, usen y vivan las generaciones de este siglo, serán para la posteridad?
¿Qué de todo lo temporal de esta era, será permanente?
Dudas o comentarios, a mi correo de Hotmail, aol o altavista, los espero en mi Hi5 o Myspace.

ESCRITO EN WORDPERFECT.


1 comentario:

  1. Un poco melancólico amigo ¿no? A adaptarse a lo nuevo y seguir adelante. Te quería mandar un mensaje con una pregunta pero se me está trabando mucho el ICQ. Saludos

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