No encontré otra palabra que
mejorara el sentido de lo que sucede con el mundial de fútbol y desde luego con
la selección mexicana, en nuestro país, el fútbol es tanto religión como negocio,
hay quienes viven de él y quienes lo profesan al menos una vez a la semana.
En la gran mayoría de los
casos, el primer juguete que tenemos los mexicanos es una pelota, ese extraño
instrumento generador de nuestros primeros golpes de adrenalina; calles, parques,
canchas llaneras, deportivos, estadios, salas, patios, salones, cualquier lugar
es propicio para jugar, lo mismo da si se trata de un balón o de un bote de “frutsi”,
el gol se canta y se siente igual.
En toda mi vida, he
presenciado gran cantidad de decepciones en el fútbol, pero también, debo
admitirlo, un buen número de satisfacciones, amateurs, de segundo equipo,
olímpicas, pero ¡satisfacciones al fin!
Hoy, estoy rodeado de
conocedores, de coleccionistas de estampitas del panini, de aficionados de toda
la vida, –aja- pero lo que más sorprendido me tiene es la inmensa cantidad de
mexicanos en Brasil!!!, es definitivamente increíble, ¿imagínense que sería
aquello si la economía mexicana anduviera bien?
Toda esta euforia es válida,
somos un país, una raza, una cultura, ávida de triunfos, de logros, de iconos
ganadores, pero la exaltación de logros efímeros que debieron haber llegado
hace décadas, es lo que termina por abatir el ánimo de la colectividad; cuando
en 1993, los subcampeones de la copa América fueron recibidos como si hubieran
ganado el campeonato mundial, comencé a pensar que también, de vez en cuando
podíamos sentirnos orgullosos de nuestra selección de fútbol, aun perdiendo.
Los extremos y los claroscuros
me parecen tan peligrosos como la exagerada cobertura televisiva, ¡jamás había
estado tan convencido de lo tóxica que es Televisa al país!, no se sí soy el
único al que le da pena que lo que nos muestren como medio de identificación de
nuestro país sean los ridículos personajes de chespirito, habiendo tantas cosas
que nos significan como mexicanos, Televisa se empecina por difundir sus
contenidos como iconos nacionales... ¡Guácala!
En fin, el domingo 29 de junio
del 2014, México enfrentará a Holanda en octavos de final, nada está dicho, mal
haríamos en decir cualquier cosa, un mal augurio a la José Ramón Fernández o
una proyección envalentonada, son igual de peligrosas.
El partido será el domingo y
lo único que espero, como lo he esperado siempre, es ver un partido entregado,
peleado, competido, obvio sin narración.
El piojo Herrera deberá hacer
cambios en la alineación, o al menos en el planteamiento de su juego, no porque
sean malos, por el contrario, sino porque ya están muy vistos y seguramente el
estratega holandés los tendrá muy estudiados, esos son los CAMBIOS NECESARIOS a
los que se refiere el título de este Hakuna y no a lo que pudieran suponer mis
mal pensados y grillos amigos.
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